Según un artículo publicado en el diario le Monde en 2016, la falsificación de los componentes electrónicos causó pérdidas a la industria del orden del 7 al 10 % de un volumen de negocios total de 309 000 millones de euros en 2015, es decir, el equivalente a entre 21 000 y 30 000 millones de euros. Desde la destrucción de un ordenador hasta poner en peligro la integridad de sistemas complejos, que cuestan varios millones de euros, estas copias ilegales representan un riesgo importante para el sector.
Para luchar contra este fenómeno creciente, los investigadores y fabricantes deben competir con los traficantes por la inventiva y encontrar nuevas estrategias de lucha.
Al menos una de cada dos empresas de semiconductores ha tenido que lidiar con la falsificación de sus tecnologías y se dice que la cantidad de copias en circulación se ha cuadruplicado desde 2009. Los fabricantes de aviones han identificado circuitos electrónicos falsificados en su suministro, que parecían auténticos pero que en realidad estaban vacíos. En 2010, los militares estadounidenses fueron los primeros en denunciar esta ola de componentes ilícitos. Los componentes defectuosos han perturbado los sistemas de visión infrarroja de los helicópteros, los sistemas de descongelación de las aeronaves de patrulla o la visualización en vuelo de una aeronave de transporte.
Una clave USB de ordenador daba qué hablar en 2016. La instalación está equipada con un convertidor DC-DC y condensadores que se encargan de la conexión para enviar un vertedero que destruye los componentes de un PC. La clave moral repite este proceso hasta que se cumpla el objetivo. Una empresa con sede en Hong Kong ha reproducido esta clave y la ha puesto en venta, y está destinada oficialmente a los consultores especializados en seguridad informática.
Los componentes electrónicos defectuosos son problemáticos por varias razones obvias:
Para copiar los componentes, los falsificadores utilizan varias técnicas. Pueden tratar de obtener los planos de los componentes electrónicos por diversos medios de espionaje o de ingeniería inversa para descubrir sus secretos.
Los medios de comunicación suelen hablar de falsificación en la industria de lujo, pero todos los sectores sufren en mayor o menor escala, con un riesgo de seguridad fluctuante según los productos. A diferencia del sector de lujo, en el caso de las industrias militar, aeronáutica, automovilística o médica, el derecho al error no está permitido.
Existen varias razones para el desarrollo de los componentes electrónicos plagiados:
Técnicas utilizadas por los fabricantes ilícitos: unidades no funcionales, limpieza con chorro de arena y de observación, blacktopping, sustitución de dispositivos, utilización de rechazos, falsificación de etiquetas, etc.
Lo primero que hay que hacer es realizar una batería de pruebas y controles de los componentes electrónicos para garantizar su integridad (prueba AOI, eléctrica, impedancia, corte metalográfico o rayos X).
La máquina de rayos X permite realizar una inspección precisa y no intrusiva de los troqueles, las soldaduras y la detección de deslaminación. A continuación, basta con comparar las especificaciones del fabricante para comprobar la autenticidad del componente. Siguiendo la misma lógica, la prueba eléctrica sobre los componentes sospechosos da una tolerancia que basta con comparar con los datos fabricantes. Si la brecha es demasiado grande, se debe llevar a cabo una investigación más profunda.
Si se mide la altura, la longitud y la anchura y se compara con las especificaciones del fabricante, también se puede deducir o no si el componente está contrapuesto.
El Blacktopping, que a menudo emplean los falsificadores, consiste en ocultar el número original de serie y volver a imprimir otro marcado por encima para engañar al comprador. La detección es imposible a simple vista, pero un ojo experto puede detectar el fraude al microscopio. La utilización de acetona también puede utilizarse para retirar el marcado falso.
En última instancia, el desmontaje del componente implica una operación intrusiva y, por tanto, destructiva. Sin embargo, este proceso sigue siendo la solución definitiva para ver qué es lo que tiene un componente en su vientre cuando todas las demás pruebas no han logrado asegurar su cumplimiento. Se utiliza un poderoso microscopio para inspeccionar la marca del fabricante, las partes defectuosas, la tipografía y la autenticidad de los números de serie.
El suministro directo al fabricante parece una solución fiable para limitar al máximo el riesgo, la multiplicación de los intermediarios disminuye la transparencia y aumenta el riesgo.
El Programa de intercambio de información para el Gobierno es una base de datos en la que se enumeran los componentes que la industria de América del Norte sospecha que son falsos.
Para asegurarse de la integridad de su proveedor, hay que comprobar otros puntos: